En los años recientes, siempre se ha pensado que el tema de Control y el tema de Auditoria son 2 temas que son mutuamente excluyentes y esto no es necesariamente incorrecto. Por un lado, tenemos que el objetivo de Control, que palabras mas palabras menos, tiene el de definir un marco de referencia que enmarque las principales normas de juego para la empresa y de una forma u otra medir el cumplimiento a normas y principios. Por otro lado, tenemos a la Auditoria que ayuda a tomar una radiografía de la efectividad de las operaciones de la organización.
Sin embargo, son áreas que requieren perfiles diferentes y requieren ambiciones diferentes, por el lado de Control Interno se tiene que desarrollar habilidades tales que te permitan ese acercamiento con el resto de la organización para poder “asesorar” a los clientes en los diferentes temas, al mismo tiempo, que en un marco de entendimiento rápido y eficaz entender las necesidades y poder proveer soluciones de raíz que ayuden en el tema de mitigación de riesgos sin perder de lado la importancia de la rentabilidad del negocio. Por el lado de la Auditoria, se necesita toda una serie de habilidades aritméticas y operativas que permitan desarrollar un “olfato” de temas que pudieran estar “fuera” de las reglas definidas.
Es por ello que las habilidades entre ambas áreas son parecidas, pero no iguales, en mi experiencia personal me ha tocado ver, gente de una u otra de las áreas que, al tomar roles diferentes, se dan cuenta que no es su perfil e incluso su nivel de rendimiento no es el óptimo, por eso para mi es importante que busquemos siempre nuestra mayor fortaleza.
Pudiéramos encontrar gente que le gusten ambas áreas y que puedan ser muy buenos en ambos roles, sin embargo, siempre será responsabilidad de los que entrevistemos al nuevo personal encontrar sus fortalezas y que ayudemos en sus áreas de mejora para poder sacar el mayor rendimiento posible para el logro de objetivos de las organizaciones.
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